La Danza en Medio Oriente
Antes de que existiese el lenguaje escrito, el baile era una herramienta que servía para contar historias de una generación a otra, por eso las danzas folklóricas tienen un valor que va mucho más allá de la técnica artística. En ese marco se puede incluir la danza árabe, que tiene cientos de siglos de antigüedad con toda la riqueza cultural de muchas épocas y culturas a lo largo de su existencia.
En sus orígenes, la nación árabe estaba compuesta de grupos de tribus nómadas que vivían en la zona de
Arabia, pero al surgir y expandirse la religión islámica, se conformaron naciones unidas por la misma lengua y unas creencias comunes. Así que, en realidad, cuando decimos danza árabe nos estamos refiriendo a un fenómeno artístico que incluye muchas culturas. Pero para dar una definición más concreta podemos establecer su origen en el antiguo Egipto. A partir de estos primeros pasos en la tierra de los faraones, se fueron desarrollando varios tipos de danzas, reflejo de la historia y la cultura de cada región. Algunas de las más conocidas son la Danza del Vientre o Raqs Sharqi, Dabke, Baladi, Almeh, Ghawazi o la Khaleegy. Pero a pesar de las diferencias, todas ellas tienen algunas cosas en común.
En un principio, la danza árabe era una actividad sagrada con un carácter ritual, reservada a sacerdotisas que llevaban una vida pura en todos los sentidos. Ellas tenían el poder de invocar a la divinidad mediante sus movimientos, y a través de esta misma danza, podían transmitir su mensaje. También bailaban para aplacar la ira de los dioses o ayudar a las almas de los difuntos a llegar al más allá. Hoy día, desprovista de ese halo religioso, sigue considerándose un tipo de danza muy beneficiosa a nivel terapéutico, y muy vinculada con la feminidad y por lo tanto, con la Tierra y sus energías.
Los Movimientos de la Danza Árabe
La danza oriental centra los movimientos en los músculos abdominales y en los movimientos de las
caderas y el pecho. Se baila con suavidad, pero con firmeza, con los brazos hacia arriba o al frente en forma de arco, una posición que realza la cintura femenina. También se le da especial importancia al movimiento de las manos, que siguen a los brazos ondulantes, que se entrecruzan y hacen figuras de cierta complejidad. A diferencia de los bailes occidentales, se baila con los pies descalzos y son "danzas de músculos" y no de ‘pasos’ como la mayoría de las danzas europeas.
¿Y Los Hombres?
El boom de las bailarinas de danza árabe se disparó hace algo más de un siglo, durante los tiempos de la colonización inglesa de Egipto. Antes de esto, era parte de la costumbre que los hombres también bailasen estas danzas, tanto a nivel profesional como amateur. Pero con la llegada de los británicos y el aumento de la prostitución, comenzaron a disminuir. En poco tiempo se interiorizó la idea de que estas danzas tenían un punto de exhibición sexual y que los hombres que las bailaban eran afeminados. Desgraciadamente, tras la desocupación británica, la sexualización de las danzas árabes sigue formando parte del estereotipo, tanto en sus países de origen, como en el resto. Esto, unido a los mismos clichés machistas y homófobos que afectan al ballet clásico, ha llevado a que los bailarines masculinos de danzas árabes tengan una menor presencia.
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